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Fotorreportero(Holguín 1981)

viernes, noviembre 10, 2006

De tatuadores y tatuados

El artista, el tatuador como se le conoce comúnmente, se nota extenuado, hambriento. Él y su tatuado llevan varias horas en la faena. Unos camaradas están al tanto que no les falte nada: ponen pan en la boca al artista, evitan que su frente sude y conversan con el joven tatuado para que este olvide las dolencias provocadas por los seguidos pinchazos.

Por medio de una aguja, impregna tinta a la piel irritada del muchacho. Constante. Se escucha constante un ruido. Es similar al zumbido de un mosquito lo que un tanto amplificado. Es el motor de la maquinita de tatuar.

Son muchas las versiones que existen sobre el surgimiento de este arte. Comentan que un artista y científico de apellido Banks, quien navegó en la flota del Capitán Cook, describió en 1769 el proceso del tatuaje de la Polinesia. En el mundo antiguo el tatuaje de esa comarca fue el más elaborado artísticamente, los dibujos “eran embellecidos y renovados durante toda la vida del individuo hasta que cubrían su cuerpo entero.” Otras de las regiones de mayor fama, resulta ser Japón. “Durante el siglo XVIII este arte –comenta un artículo titulado “Tatuaje japonés” - se convirtió en una manía coleccionista entre las clases obreras, principalmente gracias al bestseller "Sukoden" cuyos personajes eran 108 marginales considerados como héroes por haberse rebelado contra la autoridad. Utagawa Kuniyoshi –autor del libro- hizo placas con imágenes de cada uno de los héroes tatuados. Hoy en día esas piezas son consideradas como una valiosa colección”. Muchos curiosos rodean el sitio. Siguen paso a paso esta manifestación que toma como soporte el cuerpo humano y como museo cada sitio por donde marchen los due?os de los tatuajes. Sin dudas son infinitas las expresiones. “Concibo mi labor como un arte –cuenta el tatuador-, las imágenes se manifiestan en los cuerpos, se integran a cada persona de por vida.” Aquí cada obra parece ser única. De ahí la inspiración y el empe?o. Cuando surgió la fotografía muchos replicaron que era solo técnica y nada de arte por el mero hecho de que por medio de una cámara “se copiaba la realidad”. Del tatuaje realizan similares aseveraciones, en tanto las prácticas más comunes residen en que el cliente escoge de un catálogo un dise?o que luego el tatuador copia sobre la piel. Por supuesto que hay de todo en la vi?a del se?or. Empero, retomo lo dicho alguna vez por el virtuoso del piano cubano Frank Fernández en cuanto a las categorías de la música y que encaja como anillo al dedo en toda materia creativa: “la música es para mí una sola: mala o buena.” Y claro está, hay tatuajes donde la estética y lo creativo se han ido de vacaciones. Sin embargo existen verdaderos artistas que llegan a concebir con profesionalidad su obra. Es increíble como tienen en cuenta cada trazo, color, textura de la piel y hasta formación de los músculos al materializar sus ideas. Se lee en el artículo ya citado: “El tatuaje japonés posee fama mundial por su nivel artístico y se caracteriza por un dise?o integral y la sofisticación de las técnicas de dibujo. Tradicionalmente se hacía a mano, por medio de una estaca de madera a la que, de acuerdo con la intensidad del color y el dise?o, se le a?adían hasta una docena de agujas. Mientras se estiraba la piel con una mano se golpeteaba rítmicamente el área a tatuar con la otra. Con el método tradicional un traje de cuerpo entero costaría algunos millones de yens y varios a?os”. Se conoce que esta práctica, por lo “vistoso y virtuoso” de su terminado, fue traída por los marineros de ese territorio nipón al mundo occidental. El tatuaje es también una agresión a la piel y si no se toman con sumo extremo los cuidados pueden aparecer severas infecciones.

El artista acude: “si un tatuaje se hace con higiene y los pigmentos convenientes, no tiene por qué terminar en una lesión”. Reparo en su medio: guantes en las manos de trabajo. Nylon esterilizante en toda la mesa, en los pomos de agua, de tinta y además en cada utensilio. El artista pincha por última vez “?Ya está!”.

* Este trabajo fue hecho para la publicación: ESQUIFE

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