
Textos Elaine Díaz, Yairen Jerez , Joanna Pérez y Kaloian Santos (fotos)
Unos 75 mil autos norteamericanos de las décadas del 20´ al 50´ circulan en toda Cuba. Los almendrones cubanos, como suelen llamarseles, no son piezas bien cuidadas por coleccionistas, sino herramientas de trabajo diario. 
La mayoría están en La Habana y Santiago de Cuba, pero a lo largo de La Isla se pasean los Chevrolet, Dodge, Ford, Desoto, Mercury, Packard, Chrysler, Buick, Cadillac, y otros llegados hace más de cincuenta a?os.Muchos se preguntan cómo han sobrevivido sin la entrada de piezas de repuesto al país desde 1960. La respuesta está en la capacidad de innovación de los cubanos, en la maestría de los mecánicos y el ingenio popular.
Probablemente en Cuba esté la mayor cantidad de autos americanos antiguos activos; la mayoría tienen un nuevo sistema mecánico y otra capa de pintura, han atravesado un proceso de mestizaje que los integra a este pais.En 1951 circulaban por Cuba 143 mil autos, de los cualescasi la mitad todavía lo hacen; aquel a?o la revista Bohemia anunció: “En La Habana el segundo automóvil del mundo equipado con TV”. La ciudad estaba llena de carros y el Malecón habanero era escenario de carreras internacionales.

En su visita a la isla, Jean- Paul Sartre no pasó por alto los almendrones: “Miré más de cerca los carros en Cuba y descubrí la primera marca de la revolución. Los cubanos los hacían brillar, ciertamente; el cromo y el níquel resplandecían. Pero estaban algo pasados de moda.
Los carros más nuevos ya eran al menos 14 meses viejos, quizá 18. En Chicago o Milwaukee sus hermanos gemelos habían sido lanzados al basurero”.

Los autos “antiguos” constituyen casi el 10 por cientode los que actualmente ruedan por las calles de nuestro país que les deben a esos carros antiguos gran parte de su atractivo y singularidad.
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